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Mostrando las entradas de febrero, 2012

30 y 30

A casi treinta días de mi despido (perdón “renuncia”), cumplí coincidencialmente 30 años. “Ya eres todo un hombre”, me dice una antigua compañera de curso de filosofía. En este mes hice un inventario de vivencias y me percato de que ser hombre va mas allá de tener: un pene, un par de bolas, un carro para salir con tu pareja, novia o “culito”; un trabajo “estable” y otros paradigmas sociales. Con 30 años y con esas posturas sociales, no se es nadie. 30 años y con visión, es otra cosa. La sensación y certeza de libertad, felicidad y autoconfianza que siento ahora es única. Nada de lo que ahora tengo, tanto material como espiritualmente, no lo hubiese obtenido sino hubiese asumido el mayor de todos los retos, la mayor de todas las pruebas o la mayor de todas las empresas, que es: retarse a uno mismo. Las metas están mas claras. Reconozco que aun me falta disciplina. Esto de laborar por tu cuenta, hace que en algún momento del día “te distraigas”. Es por ello que se hace vital, establecer