Ese dia de nuestro segundo encuentro fue un viernes como el de hoy.
Recuerdo que esta vez, fuiste tu la de la iniciativa.
Tambien recuerdo como ese día, las distancias cortas se me hacian largas. 10 pisos que se vuelven 100, son lo que me distancian de planta baja.
Espero que al llegar allí, este mi pana Julio, un taxista al que debí contarle de mis "andanzas" ya que él forma parte fundamental de toda esa "logística carnal".
Llego a planta y no está Julio. Está el otro taxista al que sin mucha explicación le digo: "a La Campiña"
En el taxi voy pensando: "¿que te habras puesto?, ¿será que abriras la puerta lentamente al tocar, y me diras que cierre los ojos mientras te poscisionas?"
"¿que te habras puesto?, ¿será que abrirás la puerta lentamente al tocar, y me diras que cierre los ojos mientras te poscisionas para mí?, ¿volveré a percibir ese olor tan particular de tu humedad vaginal que logro percibir a pocos centímetros?"
"hab. 37" es el mensaje que me interrumpe de mis morbosos pensamientos, camino al lar de nuestros deseos.
Se me hace agua la boca.
En este segundo encuentro juramos que ibamos a devorarnos mas lentamente.
El primero, el furtivo y fugitivo, fue de solo piel sin remordimientos y sin tregua. Fue desmedido, sin pausa, como si de llegar hasta los huesos con cada roce, cada beso, cada lamida, cada chupada se tratáse.
Somos tan divinos que nos vamos recordando esos momentos antes del 2do. encuentro.
Llego al lugar indicado y le indico al de recepción que me estan esperando en la habitación indicada.
El temple que me caracteriza se altera un poco por las ansias de saber como estas preparada.
Veo salir una pareja de una habitación y acelero un poco mas el paso por el pasillo, evitando así ser visto. Que mezcla tan peligrosa esto de "lo prohibido" con "la vida es una" que me he tragado hoy.
Por fin, llego a la habitación nro. 37.
Hago un ligero "toc, toc" con una pausa de 1.5 segundos parox entre cada uno, para culminar un último "toc", con una pausa de unos 7 segundos.
Oigo que entreabres la puerta con cierta lentitud. Me dices: "con cuidado, cierra los ojos mientras entras. Quedate quieto mientras me pongo para tí"
Otro latigazo de erección voraz se apodera de mi pene.
La habitación esta impregnada de unas leves notas de tu perfume favorito ("Forever" de Lacome), cuyo aroma agradezco con una pequeña sonrisa que apenas emíto.
Oigo un taconeo suave y siento que pasas desde la puerta, que ya cerraste completamente, hasta la cama.
Aun mantengo mis ojos cerrados, tu perfume sigue allí e imagino que estas adoptando la posición pautada.
Quiero beber algo de beber.
Como si me estuvieses leyendo el pensamiento, me acercas una copa a mis labios. Me dices, con la voz mas sexy y sensual que puedas exclamar: "bebe un sorbo y luego me bebes a mí".
Entreabro un poco mis labios y siento que me acercas el borde de una copa.
Percibo como mis labios se van humedeciendo como de algo con sabor a uvas. Ciertamente es un rico vino cabernet, el que me gusta.
Que tortura y ricura a la vez.
Sabes como adiestrar este animal que solo piensa en tu piel, asi como una fiera que piensa en su presa.
Sigo con los ojos cerrados y tragando tranquilamente mi sorbo de vino que, aplaca un poco mi sed, pero me aumenta el hambre por comerte, sin las manos y sin respeto. Imaginos tus "basta ya no mas"_* que que creo me diras en el momento preciso de mi degustación.
De pronto, oigo como vas subiendo a la cama.
Oigo que subes una pierna, subes la otra y luego me dices: "¡atrápala!".
Me preparo a atajar quien sabe que cosa que me vas a lanzar, cuando siento que algo suave golpea mi pecho, rapidamente subo mis manos y si, con exito, logro atraparlo.
Me has lanzado un hilo con tu humedad.
Percibo algo untuoso y me ordenas con sensualidad: "¡Huélelo!".
Como un loco desquiciado comienzo a oler aun con mis ojos cerrados, comienzo a oler ese hilo que me has lanzado, cuando de repente, te oigo decir: "abre los ojos"
Estas expuesta como me prometiste que estarías.
Lanzo a un lado el hilo y me agacho al borde de la cama para degustar el rico manjar me ofreces.
Te dije que esta vez no empezaría a comerme tu deliciosa vagina.
En este momento quiero comerme tu gruta anal con toda la untuosa saliva que me produce la posición en que estas, así tan entregada y dispuesta a que me pierda y me encuentre en tí.
Comienzo por una de tus nalgas lamiendo con mucha hambre y lujuria, dejando que el aroma de tu feminidad me vaya marcando el ritmo.
Si, tu sabes como me pone de caliente ese olor.
Permanezco un buen rato mientras tus primeros gemidos se liberan.
Luego, y sin siquiera acercarme, salto hacia tu otra nalga, delociosa piel que ya se tensa un poco mas al percatarte como aumenta mi hambre por ti.
"ummm asi. Asi me gusta. Bien morboso" - me dices.
"¿sigo aquí ó regreso a la otra nalga?" - dejo de comerte y te pregunto.
Con tus manos me diriges a que vaya mas profundo.
Hago caso omiso y regreso nuevamente a tu nalga primeriza, testigo de mis primeras lamidas.
Para este momento, movimientos circulares se van marcando en tu nalga.
Vuelvo mi vista a tu apetitoso culo.
Toma un un poco de saliva y escupo en el.
Mi lengua quiere estar alli en el lugar donde la saliva ha caido y alli llega extensa con una presion medianamente fuerte haciendo emerger de ti unos gemidos bastante eroticos.
Aumento la velocidad.
Me permito que un sismo se apodere de mi lengua, y tu gruta anal asi lo percata.
"asi, asi, asi, asi"- dices con voz desesperedada.
Te hago caso y me afínco mas en mis movimentos.
Mi mandíbula se cansa pero sigue.
Muy repetidas veces y con movimientos a todos los sentidos, me permito arrebatarte mas y mas gemidos con mas y mas deseo por comerte todo tu ser.
Humedad, mucha untuosidad, pegostes deliciosos y sonidos muy pornos inundan la habitación.
Mi nariz agradece todo el perfume a hembra deseosa que emanas con sudor.
Hundo mi nariz en tu ya muy rosada vagina que pide a gritos que tambien reciba sabor.
"Uy si, mas, dame mas, asi" - me dices.
Momento que creo pertinente para ahora literalmente penetrar tu gruta anal con mi lengua en forma de punta, como lo queria desde esa primera vez.
Como me gustarias que tu, fueras yo, para que te encendieras infernalmente, ya que cada picoteo de mi lengua se ve recompensada con el chapoteo salado de tu vagina.
Ya se va desapareciendo la fronteras.
"cómeme mas. comeme toda " - insistes con casi rabia.
No aguanto y salto inmediatamente a revolcarme entre tus exquisitos pliegues femeninos, lugar donde se resbala y recrea esta lengua que no tiene mas norte que hacerte estallar hasta que tengas ganas de lloviznarme el rostro.
Ya nose que es saliva y que es tus jugos en este vaivén de sensaciones que me pierden en tu ser de hembra amazona.
[CONTINUARÁ]
Recuerdo que esta vez, fuiste tu la de la iniciativa.
Tambien recuerdo como ese día, las distancias cortas se me hacian largas. 10 pisos que se vuelven 100, son lo que me distancian de planta baja.
Espero que al llegar allí, este mi pana Julio, un taxista al que debí contarle de mis "andanzas" ya que él forma parte fundamental de toda esa "logística carnal".
Llego a planta y no está Julio. Está el otro taxista al que sin mucha explicación le digo: "a La Campiña"
En el taxi voy pensando: "¿que te habras puesto?, ¿será que abriras la puerta lentamente al tocar, y me diras que cierre los ojos mientras te poscisionas?"
"¿que te habras puesto?, ¿será que abrirás la puerta lentamente al tocar, y me diras que cierre los ojos mientras te poscisionas para mí?, ¿volveré a percibir ese olor tan particular de tu humedad vaginal que logro percibir a pocos centímetros?"
"hab. 37" es el mensaje que me interrumpe de mis morbosos pensamientos, camino al lar de nuestros deseos.
Se me hace agua la boca.
En este segundo encuentro juramos que ibamos a devorarnos mas lentamente.
El primero, el furtivo y fugitivo, fue de solo piel sin remordimientos y sin tregua. Fue desmedido, sin pausa, como si de llegar hasta los huesos con cada roce, cada beso, cada lamida, cada chupada se tratáse.
Somos tan divinos que nos vamos recordando esos momentos antes del 2do. encuentro.
Llego al lugar indicado y le indico al de recepción que me estan esperando en la habitación indicada.
El temple que me caracteriza se altera un poco por las ansias de saber como estas preparada.
Veo salir una pareja de una habitación y acelero un poco mas el paso por el pasillo, evitando así ser visto. Que mezcla tan peligrosa esto de "lo prohibido" con "la vida es una" que me he tragado hoy.
Por fin, llego a la habitación nro. 37.
Hago un ligero "toc, toc" con una pausa de 1.5 segundos parox entre cada uno, para culminar un último "toc", con una pausa de unos 7 segundos.
Oigo que entreabres la puerta con cierta lentitud. Me dices: "con cuidado, cierra los ojos mientras entras. Quedate quieto mientras me pongo para tí"
Otro latigazo de erección voraz se apodera de mi pene.
La habitación esta impregnada de unas leves notas de tu perfume favorito ("Forever" de Lacome), cuyo aroma agradezco con una pequeña sonrisa que apenas emíto.
Oigo un taconeo suave y siento que pasas desde la puerta, que ya cerraste completamente, hasta la cama.
Aun mantengo mis ojos cerrados, tu perfume sigue allí e imagino que estas adoptando la posición pautada.
Quiero beber algo de beber.
Como si me estuvieses leyendo el pensamiento, me acercas una copa a mis labios. Me dices, con la voz mas sexy y sensual que puedas exclamar: "bebe un sorbo y luego me bebes a mí".
Entreabro un poco mis labios y siento que me acercas el borde de una copa.
Percibo como mis labios se van humedeciendo como de algo con sabor a uvas. Ciertamente es un rico vino cabernet, el que me gusta.
Que tortura y ricura a la vez.
Sabes como adiestrar este animal que solo piensa en tu piel, asi como una fiera que piensa en su presa.
Sigo con los ojos cerrados y tragando tranquilamente mi sorbo de vino que, aplaca un poco mi sed, pero me aumenta el hambre por comerte, sin las manos y sin respeto. Imaginos tus "basta ya no mas"_* que que creo me diras en el momento preciso de mi degustación.
De pronto, oigo como vas subiendo a la cama.
Oigo que subes una pierna, subes la otra y luego me dices: "¡atrápala!".
Me preparo a atajar quien sabe que cosa que me vas a lanzar, cuando siento que algo suave golpea mi pecho, rapidamente subo mis manos y si, con exito, logro atraparlo.
Me has lanzado un hilo con tu humedad.
Percibo algo untuoso y me ordenas con sensualidad: "¡Huélelo!".
Como un loco desquiciado comienzo a oler aun con mis ojos cerrados, comienzo a oler ese hilo que me has lanzado, cuando de repente, te oigo decir: "abre los ojos"
Estas expuesta como me prometiste que estarías.
Lanzo a un lado el hilo y me agacho al borde de la cama para degustar el rico manjar me ofreces.
Te dije que esta vez no empezaría a comerme tu deliciosa vagina.
En este momento quiero comerme tu gruta anal con toda la untuosa saliva que me produce la posición en que estas, así tan entregada y dispuesta a que me pierda y me encuentre en tí.
Comienzo por una de tus nalgas lamiendo con mucha hambre y lujuria, dejando que el aroma de tu feminidad me vaya marcando el ritmo.
Si, tu sabes como me pone de caliente ese olor.
Permanezco un buen rato mientras tus primeros gemidos se liberan.
Luego, y sin siquiera acercarme, salto hacia tu otra nalga, delociosa piel que ya se tensa un poco mas al percatarte como aumenta mi hambre por ti.
"ummm asi. Asi me gusta. Bien morboso" - me dices.
"¿sigo aquí ó regreso a la otra nalga?" - dejo de comerte y te pregunto.
Con tus manos me diriges a que vaya mas profundo.
Hago caso omiso y regreso nuevamente a tu nalga primeriza, testigo de mis primeras lamidas.
Para este momento, movimientos circulares se van marcando en tu nalga.
Vuelvo mi vista a tu apetitoso culo.
Toma un un poco de saliva y escupo en el.
Mi lengua quiere estar alli en el lugar donde la saliva ha caido y alli llega extensa con una presion medianamente fuerte haciendo emerger de ti unos gemidos bastante eroticos.
Aumento la velocidad.
Me permito que un sismo se apodere de mi lengua, y tu gruta anal asi lo percata.
"asi, asi, asi, asi"- dices con voz desesperedada.
Te hago caso y me afínco mas en mis movimentos.
Mi mandíbula se cansa pero sigue.
Muy repetidas veces y con movimientos a todos los sentidos, me permito arrebatarte mas y mas gemidos con mas y mas deseo por comerte todo tu ser.
Humedad, mucha untuosidad, pegostes deliciosos y sonidos muy pornos inundan la habitación.
Mi nariz agradece todo el perfume a hembra deseosa que emanas con sudor.
Hundo mi nariz en tu ya muy rosada vagina que pide a gritos que tambien reciba sabor.
"Uy si, mas, dame mas, asi" - me dices.
Momento que creo pertinente para ahora literalmente penetrar tu gruta anal con mi lengua en forma de punta, como lo queria desde esa primera vez.
Como me gustarias que tu, fueras yo, para que te encendieras infernalmente, ya que cada picoteo de mi lengua se ve recompensada con el chapoteo salado de tu vagina.
Ya se va desapareciendo la fronteras.
"cómeme mas. comeme toda " - insistes con casi rabia.
No aguanto y salto inmediatamente a revolcarme entre tus exquisitos pliegues femeninos, lugar donde se resbala y recrea esta lengua que no tiene mas norte que hacerte estallar hasta que tengas ganas de lloviznarme el rostro.
Ya nose que es saliva y que es tus jugos en este vaivén de sensaciones que me pierden en tu ser de hembra amazona.
[CONTINUARÁ]
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