En una salida, como muchas, me encontré un sábado cualquiera a las 2 de la mañana, con uno de mis tíos, hermano de mi madre, en un concurrido bar de la ciudad. Por una serie de motivos, la cercanía con este tío siempre fue distinta a los otros hermanos y hermanas de mi madre. Teníamos una especial relación de amigos, en base a las mujeres. Ambos éramos muy adictos al sexo, incluso la primera vez que fui a un prostíbulo fui con el. Bueno, creo que la herencia sexual venia de mi abuelo, que tubo, nada mas ni nada menos que 11 hijos. El tema es que cerca de las 3 de la mañana, ambos con algunas copas de mas. Mi tío me regaló una pastilla de viagra, que según me dijo la utilizaba cuando la contrincante era demasiado caliente. Yo entre bromas le dije que lo reconociera que a sus 52 años, ya la cosa no se le paraba y que debía recurrir a esas pastillas mágicas, pero que a mis 33 años yo no las necesitaba. Sin embargo era algo nuevo, estaba separado, buena situación económica, buena pinta y m
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