LEER PARTE 1 AQUI ...Lucía no me vío directamente a los ojos, pero yo si pude hacer un chequeo fugaz y muy preciso de cómo estaba vestida. . La muy pícara, aún se encontraba con una dormilona que le llegaba a las rodillas. Pude divisar sus piernas torneadas mientras ella apenas comenzaba a rotarse para darme la espalda. . También, experimenté una erección extremadamente fuerte, cuando pude percatarme que no llevaba sostén y dejaba ver entre los pliegues de la tela de su dormilona, sus enormes senos, los cuales, son coronadas por unas areolas marrones muy pronunciadas (mi perdición). . Sentía como empezaba a sudar mucho más. . Desde la puerta de su casa hasta su cuarto, son tan solo unos cortos pasos. Mi vista solo la vió desviarse justamente hacia el cuarto que comparte con su pareja y yo deseando, honestamente que siguiese hacia la sala de su casa, y me recibiese allí, pero, ya a estas alturas, no había marcha atrás. . Lucía entra al cuarto y, se acuesta de forma tal que no denotaba
Si se escribe, perdura.