Viento fuerte, clima frío, truenos casi ensordecedores, pintan esta tarde Caraqueña.
Me gusta pensar que puedo cobijarte con mis tibios besos y mis suaves caricias, mientras busco la tibieza de tus gemidos por el camino de tus supiros.
Con un clima así, lo que pretendo es desatar el huracán que llevas en tu pelvis, para que choques junto a mi una lluvia de deseos desenfrenados.
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