Amigos, hoy voy a hacerles una confesión.
Yo, un hombre venezolano de 43 años, con principios sólidos, un agradecido amante de las subidas a El Avila y un comprometido con la dieta (bueno, más o menos), decidí darme un respiro.
Viernes en la tarde, la familia reunida, y un antojo incontrolable de una buena hamburguesa. Pero no cualquier hamburguesa, UNA VERDADERA HAMBURGUESA.
El Crimen Contra el Paladar: La "Hamburguesa" de KFC
🤮🤢 La disque hamburguesa de KFC |
No sé en qué momento, algunos pensaron que KFC, una cadena que apenas puede freír pollo sin convertirlo en una esponja de aceite, tendría la capacidad de hacer una hamburguesa decente.
Lo cierto es que recuerdo muy bien un día que mi esposa y yo, decidimos darle una oportunidad a KFC y a su hamburguesa, momento para el cual, aun ARTURO'S no habia sacado la Pana Crunch.
Pero ahí estabamos, con esa cosa en la mano.
El pan, un insulto a la panadería, más seco que discurso de político. La "pechuga" de pollo, un pedazo de cartón rebozado con una textura que me hizo cuestionar mi existencia. ¿Y la salsa? Un chiste. Era como si un aprendiz de cocina hubiera tenido un derrame cerebral mientras intentaba hacer mayonesa.
Di un mordisco y lo lamenté de inmediato. No había sabor, no había jugosidad, no había NADA. Solo un pedazo de pollo seco atrapado entre dos mitades de pan sin alma.
Esto no era comida, era una penitencia.
La Gloria Dorada: La Pana Crunch de ARTURO’s
Después de semejante decepción, de la cual aun me acordaba, necesitaba redimir mi paladar. Necesita limpiar mi jeta de tan insípido sabor y ayer Viernes fué ese día.
Llegamos a ARTURO's decididos a "romper la dieta" de forma temporal.
Vimos el menu en el restaurant...y ahí entró en escena la diosa de las hamburguesas: La Pana Crunch de ARTURO’s.
Hicimos el pedido y esperamos no mas de 10 minutos, para sentir este orgasmo gastronómico
¡Hasta que por fín llegó y el chico lo trajo a nuestra mesa!
🥴 Iba a escribir una nota a los amigos de un grupo, pero el boligrafo me dejó mal |
Solo con verla, ya se siente la diferencia. Un pan dorado y esponjoso, un pollo crujiente con el balance perfecto entre crocancia y jugosidad, y una salsa que realmente te da ganas de vivir.
¡Di el primer bocado y fue una epifanía!
Era todo lo que la cosa insípida de KFC no podía ser. Sabor real, texturas bien equilibradas, un crujido celestial que no te deja con la sensación de estar masticando cartón húmedo. Esto, señores, es lo que significa hacer una hamburguesa de pollo como Dios manda.
Conclusión: No Hay Competencia
Si alguna vez han tenido la mala fortuna de comer una "hamburguesa" de KFC y creen que eso es comida, los compadezco. Han vivido en la sombra.
Salgan de la cueva, despierten, y vayan corriendo a un ARTURO’s a pedir su Pana Crunch. No me lo van a agradecer, su paladar lo hará.
Porque la diferencia entre KFC y ARTURO’s no es solo de calidad, es una cuestión de respeto por la gastronomía. Y KFC, con esa cosa que se atreven a llamar hamburguesa, ha demostrado que no tiene respeto ni por el pollo ni por el ser humano.
Fin del comunicado.
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